Volviendo al tema, no creo que el minuto de silencio sirva de nada. No creo que ponernos la bandera de Francia en el Facebook sirva de nada. Ni "Je suis Paris", ni "Je suis Charlie": "Je suis Pedro". España padeció algo parecido, por entonces no había Facebook (ni postureo, gracias a Dios). La culpa de 200 muertos según la opinión pública fue del Gobierno y lo mejor que se pudo hacer fue una Alianza de Civilizaciones para hacernos amigos de no se qué gente, que pasados unos pocos años aun no conozco, solo conozco el dinero que nos gastamos en aquello y del que nunca más se supo. Y parafraseo a Ignacio Camacho, imperdible artículo el del sevillano, que a mi juicio da en el clavo:
Las muestras de apoyo gratuitas, si van solas, no valen de nada. De nada sirve una bandera de Francia si ni siquiera tenemos un juicio de valor de lo que ha pasado, esta pasando y pasará. Para los que nos hemos criado cantando canciones de paz en el colegio (véase la canción del final de este post) es difícil hablar de guerra en un sentido positivo. Yo ni tan siquiera lo veo positivo, pero que a nadie se le olvide que estamos en una guerra. Si lo digo yo, desde mi despacho de una ciudad del primer mundo, suena muy bonito, pero si lo dice un antiguo corresponsal de guerra como es Pérez Reverte, algo más de razón seguro que ha de llevar:
Porque es la Yihad, idiotas. Es la guerra santa. Lo sabe mi amigo en Melilla, lo sé yo en mi pequeña parcela de experiencia personal, lo sabe el que haya estado allí. Lo sabe quien haya leído Historia, o sea capaz de encarar los periódicos y la tele con lucidez. Lo sabe quien busque en Internet los miles de vídeos y fotografías de ejecuciones, de cabezas cortadas, de críos mostrando sonrientes a los degollados por sus padres, de mujeres y niños violados por infieles al Islam, de adúlteras lapidadas -cómo callan en eso las ultrafeministas, tan sensibles para otras chorradas-, de criminales cortando cuellos en vivo mientras gritan «Alá Ajbar» y docenas de espectadores lo graban con sus putos teléfonos móviles. Lo sabe quien lea las pancartas que un niño musulmán -no en Iraq, sino en Australia- exhibe con el texto: «Degollad a quien insulte al Profeta». Lo sabe quien vea la pancarta exhibida por un joven estudiante musulmán -no en Damasco, sino en Londres- donde advierte: «Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia».
Es una guerra, y no hay otra que afrontarla. Asumirla sin complejos. Porque el frente de combate no está sólo allí, al otro lado del televisor, sino también aquí. En el corazón mismo de Roma. Porque -creo que lo escribí hace tiempo, aunque igual no fui yo- es contradictorio, peligroso, y hasta imposible, disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros.
Suscribo todo lo que dice. Es una guerra, no nos gusta, la puede haber provocado quien haya sido, occidente solo se ha mirado su barriga, pero es la guerra. Y aquí lo progre es elegir el bando de los romanos aplaudiendo lo que hacen los bárbaros, pero lo que esta claro es que los barbaros, cuando ataquen Roma, no van a pararse a ver quien les ha aplaudido. Nos ha tocado un bando y nos toca lo que nos toca. Y como bien dice Pérez-Reverte, es hasta peligrosa la postura ambigua. Hacer minutos de silencio si no van seguidos de saber de que bando de la guerra estamos no sirve de mucho. Aunque claro, mola mucho más ser Charlie Hebdo, como dice Ignacio Camacho:
En enero, recuerdas, eras «Charlie Hebdo». Eso pusiste en las redes sociales: je suis Charlie. Pero no, tú no eras Charlie. Porque tú estabas vivo y Charlie, los charlies, estaban muertos, como los guardias y los judíos del supermercado de los que nadie se acordó en la solidaridad plañidera del pensamiento débil. Muertos como los del viernes, tirados en la calle mientras tú corrías a cambiar la foto del perfil de Twitter y de Facebook. ¿Y ahora qué nombre vas a poner? ¿Bernard, Marion, Lucien, Françoise, Phillipe? Tienes 130, elige. Ah, bien, je suis Paris, qué hermoso; qué bonita esa torre Eiffel enmarcada en el símbolo hippie de la paz. Sólo que no estamos en paz. Y que tú tampoco eres París.
Nadie fue el tendero de la tienda judía. Uy judío, de Israel, esos son los malos. Yo Charlie, que como buen garante de la libertad, defendía SU libertad. La libertad de culto del pueblo musulmán no, eso no es libertad, es mejor reírse de su Dios... Comparto lo que en su día publicó El País sobre las figuras provocadoras actuales.
Y ¿cómo se gana la guerra? No tengo ni idea. No todo el musulmán es yihadista, no seamos tan simplones. Yo tengo amigos musulmanes, algunos muy religiosos, que no harían daño a una mosca. El problema viene de una zona que Europa como colonia ha expoliado, empobrecido y el Estado Islámico ha aprovechado la coyuntura. Decía, y decía bien, hace unos meses el ministro de Exteriores: "el IS le da a la población comida, educación, agua, hogar. Actúa como un estado". Os imagináis que se bombardeara medio Oriente Medio y se eliminara la facción militar del IS. Y ¿ahora qué? ¿Quién le da comer a esa gente? ¿Occidente? ¿El occidente que sabía como se iba formando el Estado Islámico con la esperanza de que derrocara el régimen de Bashar al-Asad?¿O los gobiernos sunnies de los alrededores? No lo digo yo, lo dice el coronel Pedro Baños, especialista en yihadismo internacional, quien también apunta que este ataque terrorista no es sino una llamada de atención ante la falta de adeptos. ¿No estarán buscando un contraataque de Occidente para alentar a la población tras ese ataque? Pues no ha tardado mucho Francia en bombardear Siria...
A partir de aquí, todo lo que siga hablando se escapa de mi conocimiento.Ni estoy a favor de la guerra (en la que ya estamos) ni en contra de los minutos de silencio. Estoy a favor de que no nos quedemos con lo fácil, lo progre, lo superfluo o el postureo y vayamos un pasito delante. Que nos nos pongamos la bandera de Francia aplaudamos que entonen su himno si el nuestro solo sirve para ser pitado y nos dé igual. Que sepamos que muertos hay a diario en oriente próximo, sin minutos de silencio, y que nos da igual. Y que como dice Pérez-Reverte, lo peligroso es aplaudir al bárbaro.
....y feliz semana, a los que podáis. Sos quiero
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