martes, 7 de julio de 2015

De juegos de no tan niños

A muchos de nosotros, hombres en nuestra mayoría, nos habra pasado de haber intervenido en una pelea, riña o similar cuando éramos niños y nos ha llamado el profesor o profesora para dilucidar en que medida habíamos intervenido en la contienda, ya sea como la parte que recibía (avariciosa), la parte que daba (generosa), la parte que miraba (curiosa), la parte contratante de la primera parte (?¿)...




Por lo general, en este tipo de disputas, si uno daba y uno recibía, al menos había que preguntar a los dos, por qué había dado y por qué había recibido (este generalmente respondía: "si yo no he hecho ná"....) respectivamente. Rara vez el que había recibido decía: "no ha pasado nada" si es que realmente había pasado algo. Hasta aquí creo que vamos bien.

Hace unas pocas semanas, fuentes de la derecha (mediática y no tan mediática) de este país destapaban, si es que no estaban bastante a la vista, una serie de tweets de un concejal de Ahora Madrid en los que hacía un uso del humor negro excepcional. Entiéndase excepcional como adjetivo que quiere llevar a superlativo el sujeto al que acompaña, no para describir como maravilloso el acto que ha realizado, que por supuesto no lo es.  



No lo es a mi parecer, que no tiene por qué ser la opinión de la mayoría, pues he leído desde el otro extremo del péndulo, que qué tiene de malo un poco de humor negro, que no hace mal a nadie, que es peor robar o matar, y que hay chistes peores que ha hecho la derecha que han quedado impunes. Todavía no he visto en mi vida un juicio por robo en el que la defensa del acusado se base en: "joé, yo robe una moto, cierto, pero es que comparado con el del juicio de después que robó un coche... a mi me tendrían que poner una medalla". El humor negro es de muy mal gusto, se mire por donde se mire, pero si además los muertos o mutilados tienen nombre y apellidos es especialmente dañino y cruel. Empatía. Probad a ponerle el nombre de un familiar vuestro a cualquier chiste de este estilo y juzgad.

Pero que sea de mal gusto no implica que esa persona tenga que ser apartada del ejercicio público. En absoluto. Esa persona estaba en una lista electoral y todos los que le han votado tienen derecho a tener a su representado ahí, en su asiento de concejal, se mire por donde se mire. Y se puede empeñar el PP, Intereconomía, La Razón, Marhuenda y Rita la Cantaora... y la fiscalía.

Llega Marianito (cualquier nombre oiga, un nombre muy común en las escuelas primarias de este país) y le dice a la Seño Pedraz: "Que Guillermito ha estado hablando de las piernas de Irenita". 

Y la Seño Pedraz dice, y si lo ha hecho ¿qué? si no la puedo castigar por ello. Pero como parece que hay que darle de comer a la opinión pública de este país llama a tutoría a Irenita, y esta dice que le da exactamente igual. Entonces ego te absolvo a pecatis tuis in nomine patris et filii et spiritu sancti. Pero claro, ahora Marianito se enfada mucho y se dedica a insultar a Irenita y a decirle de todo menos bonita:



Si de un juego de niños se tratase, la solución sería fácil. La seño no puede castigar a Guillermo, no a hecho nada que infrinja ninguna ley del cole. Puede regañarle, o cuanto menos intentar de una manera pedagógica hacerle ver, que las cosas no son así, que si entre nosotros nos dedicáramos a reírnos de las desgracias ajenas, la convivencia en la clase sería harto difícil. Y Marianito se quedaría con un palmo de narices.

Pero esto no es el cole, no somos niños, y esta es la vida real, con las miserias de este país:

  • La derecha se ha llevado un varapalo. Pero es que Zapata no ha infringido la ley, no tiene que irse. Se tienen que ir los que roban (que no se van). Los que quiere Marhuenda y compañía que se vayan, mientras no hagan nada ilegal, no tienen que hacerlo. Que lloren, para la sequía, que suban los embalses.
  • Irene Villa ha pasado del tema, como es lógico (yo le veo así). No ofende quien quiere sino quien puede. No amedrentó su animo toda una banda terrorista, no lo va a hacer un mindundi con menos educación que un cerdo silvestre.
  • Pero la parte en que la seño le da lecciones a Guillermo no la veo. Y la parte didáctica para con los amigos que apoyaban a Guillermo no la veo. Y la parte en la que el resto de niños de clase se arrepienten, al ver a quien han votado de delegado, pues tampoco la veo.
El juego de no tan niños de este país se ha vuelto complejo, aquí se defiende nuestra parcela de pupitres con uñas y dientes, y el complejo, rebuscado y ya harto gastado argumento del "y tú más" se convierte en la mejor arma arrojadiza que enaltece, cual apuesto caballero negro (por lo del humor), al más patético bufón (cuidado, que levantas un ladrillo y salen más). Y yo me pregunto, ¿nos hemos dado cuenta de a lo que estamos jugando?

Y no he hallado más respuesta que espejismos de ilusión...


Buenas noches, a todos, sos quiere, PN

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