miércoles, 30 de septiembre de 2015

De vasos vacíos

Empiezo hoy como suelo acabar, con un poco de música, los Fabulosos Cadillacs.


Lo de ver el vaso medio vacío, o vacío entero, nos pasa a muchos. No creo que este en disposición de defenderme, no creo que sea bueno ver siempre las cosas  desde un talante pesimista. En verdad yo me considero realista, porque digo que sé como van a salir las cosas en un futuro. Cierto que mi visión de la vida a veces se parece a la de un médico que sustituía a mi padre los veranos, que veía esta película como la escalera de un gallinero, corta y llena de mierda. No obstante, el postre hoy va contra los que ven el mundo siempre en positivo. A esos, como diría Antonio Recio, muerte entre terribles sufrimientos. Al final lo importante no es la cantidad que tenga el vaso, sino el contenido.


¿Conocéis a algún político que vea el vaso medio vacío después de unas elecciones generales? Yo tampoco. Tras las últimas elecciones, yo no acabo de salir de mi asombro. Todos han ganado. Si los deportistas fueran tan poco conformistas con los políticos quizás nos pasaríamos años sin ver un ganador de Wimbledon. En cambio si los políticos fueran tan competitivos (o competentes) como los deportistas otro gallo contaría. Si os parece, empezamos de abajo a arriba.


PP
Dudo mucho que otro candidato lo hubiera hecho mejor. Decir que ha conseguido 11 escaños cuando se esperaban 5, pinta muy bien de no ser porque eres el partido que gobierna en Madrid. Venía de ser el alcalde depuesto de Badalona, si ha conseguido 350.000 votantes, sí, este si que se puede dar con un canto en los dientes. Sin embargo, si Ciudadanos, con un discurso que debería ser similar al tuyo, ha conseguido el doble que tú, macho, háztelo mirar. No tú, sino tus jefes de Madrid. Algo estas haciendo mal que ni siquiera quien te quería votar te ha votado...

CUP
A mi estos, sinceramente, me encantan. Son los únicos que tienen claro lo que quieren. Pregunten a la vez a Artur Mas y a David Fernández como organizarían la economía catalana y verán quien duda más. Tienen por qué alegrarse, porque no es un partido tradicional, que tiene unos votantes que les escupen en las encuestas pero se tapan la nariz a la hora de votar. Al contrario, sus votantes son nuevos, seducidos por sus ideas, sin ambigüedades. No se escudan en nacionalismos históricos vanos de contenido, quieren una República Popular Catalana (ya, ya sé, que se parece a...) con todo lo que conlleva. ¿Por qué la quieren? Porque sí, les gusta, nada más. ¿En que se basan? En que la gente quiera, la voluntad del pueblo. Olé. ¿Cómo la quieren? Con desobediencia civil. Discrepo. Pero enhorabuena.

  CAT Si que es Pot
Recuerdo una vez en clase que dudábamos en una frase y le preguntamos al profesor de lengua:
"- ¿Ahí esa palabra hace funciona de sujeto o de objeto directo?
 - Si"
Si te preguntan si quieres independencia o estado federal o un régimen estilo supervivientes pero sin Kiko Rivera y respondes "Si" lo realmente raro es que te vote alguien. Y me dirá alguien: "Pues le han votado 366.000 personas". Y yo responderé: "Y Sálvame lo ven a diario 2 millones, no me dice nada". Al menos estos no alzan los brazos. Pablo Iglesias, humilde él, da palos a los demás, que la paja en el ojo ajeno se ve siempre mejor que la viga en el nuestro.

PSC
Creedme cuando os digo que es de las fotos más suaves que he encontrado de él (ellos) por la red. Si dijéramos que lo más patético de su campaña han sido los bailes podríamos cerrar este apartado, reírnos un poco, ver algún video y pasar a los caballos ganadores. Sin embargo el PSOE se ha empeñado en decir 17 cosas diferentes dependiendo de donde se levante Pedro Sánchez esa mañana. Pero es que en Cataluña se han inventado una entelequia de federalismo que no saben el qué, ni el cómo, ni el cuándo, ni el dónde. El por qué es para no perder una serie de votantes que les compran su programa como el que le dicen: 
"- !A peseta, a peseta!
 - ¿Qué vendes?
 - Nada, pero es barato."

Y dice Redondo Terreros, voz experta del PSOE (Ay si todos ademas de oírle, le escucháramos) y de nacionalismos qué si se creen estos que un estado federal pararía a alguien que quiere ser independiente, que ¿reforma de la constitución?¿concesiones?¿para qué? ¿para tener autonomías de primera y de segunda?¿para robar, en vez del 3% el 10%? Pero ni Sánchez ni Iceta le oyen. Normal, tanta música de Queen... Gracias a Dios en el repertorio no estaba la de "We are the champions". Pero cuidado, se sienten vencedores. Son a la político lo que los Atléticos al futbol. Siempre que miran al PP por el retrovisor se sienten ganadores (Un saludo a los atléticos que saben leer y siguen este blog).

Ciudadanos
¿Que se sienten ganadores morales? Sí. Indudablemente su aumento es espectacular. Han defendido una idea y han tenido sus frutos, merecido por tanto. A mi me gusta su idea, tanto de España como de Cataluña como de la política. Bien. 735.000  votos, punto. 18%, punto. Si sumamos al PP, que aunque solo lo haga en la intimidad, tiene la misma idea de Cataluña que ellos, 26,5 %, 1.100.000 votos. Dicen Arrimadas y Rivera que el independentismo ha perdido. Mi visión es que el 26,5% de los catalanes no han ganado. Puedes ver el vaso medio lleno si te da la gana (con eso de que somos un país libre...), pero me temo que hay más gente en Cataluña con una idea diferente de la tuya como para que tú pongas condiciones a Artur Mas.

JXS
Los que han ganado. A Mas le dicen que no puede hacer un plebiscito, lo hace, lo pierde y el alza los brazos. Si esto fuera una carrera ciclista, Mas subiría al podium a sabiendas de no ser vencedor. Y yo me pregunto, si hubieran sacado 500.000 votos menos ¿qué pasaría?¿ y 500.000 más?¿Ha servido de algo el gasto de dinero brutal de dinero que llevan en la parafernalia independentista? A mi parecer, Mas vería el vaso a rebosar siempre, el problema es que lo ve lleno de nada.

De todas formas, si alguien ha perdido es la Transición Española, el sistema de autonomías y todo aquel que crea que España es una nación unida. Yo no seré quien se oponga a un referéndum en el que el catalán diga lo que quiere. No veo sentido a seguir forzando a alguien a ser parte de un estado del que no quiere formar parte. Me siguen pareciendo ideas faltas de contenido la de todo independentista catalán que se ve como un pueblo oprimido, pero aquí nadie tiene la verdad absoluta. 

Y no me vale eso de que los "constitucionalistas" son mayoría, porque a mi constitucionalista me suena a que quieren la constitución tal y como está. Podemos, PSC y Unió son partidarios de lo que decida el pueblo que es el que sabe (Si, los 2.000.000 de personas que ven Sálvame también) y a los del PACMA, Piratas de Cat, Ganemos, Els Verds, voto-nulistas, voto-en-blanquitas y los que se han quedado en su casa viendo MYHYV les importa tanto el tema como a mi el ciclo de vida del Ñu de Tanzania. A mi me sale otro gráfico:


And the winner is....

Ñu


Feliz semana, sos quiero corazones

sábado, 26 de septiembre de 2015

De males y Malls

Son las modas, imbéciles. Que a mi no me convencéis, que esto se nos va de las manos. Qué yo cuando nací, hace 28 primaveras, esto no era así, que todo esta del revés. Los que seáis más jóvenes, haced un ejercicio de fé, que cualquier tiempo pasado fue mejor. Los que sois más viejos que yo, acordaos, coño, que lo era.

Este jueves el Ayuntamiento de Barcelona fue testigo de unos hechos insólitos y otros menos insólitos. El menos insólito es que se cuelgue una bandera independentista catalana desde una institución pública. El insólito es que un político entre a codazos para poner una bandera española y otro la agarre para que no la ponga, dejando un espectáculo cómico-taurino (y dale con los toros). A mi no dejó de parecerme un hecho un tanto esperpéntico, pero no por ello le quito su razón al hermano del ministro Fernández Díaz. Si se analiza, aunque fuera insólito, no estaba haciendo nada ilegal, cosa que el concejal Bosch, de ERC, si estaba haciendo, pero claro, este, por estar acostumbrados a verlo, nos parece lo más normal del mundo. A lo que si que nos acostumbramos es a la risa de Artur Mas, esa risa que cuando la poníamos delante de nuestras madres porque nos habíamos salido con la nuestra, esta respondía con una sonora y educadora bofetada.




Pero uno, que es curioso (otros dirán que cotilla), se dedica a navegar por las redes sociales, descubre, atónito, como los grandes (por decir algo) gurus de la comunicación del siglo XXI en España, los Jordis Évoles y Ristos Mejide de turno, critican al unísono al dirigente del Partido (Im)Popular por provocar una guerra patética y de cagarla. A Jordi Évole le da mucha pena. Todos tachan de electoralista que un político sacara la bandera española en un balcón de un edificio público. A ver a ver, rebobinemos, ¿en qué parte de la historia me he perdido para obviar que la bandera española es el PP? Tantos años creyendo que representaba el país, que cuando se la enfundaban los Indurain, Nadal, los campeones del mundo de Basket 2006 o los de fútbol en 2012, en realidad estaban haciendo campaña para el PP. Interesante.



Si hace 20 años (año 1995, ojito), un concejal, se llame como se llame, saca a codazos una bandera española en un balcón municipal dudo que nadie se escandalizase. Algunos lo considerarían de atrevido y poco protocolario. Pero creo que lo último que lo consideraríamos es provocador y con tintes políticos. Ahora, en serio, decidme que esto no es una moda. Es verdad, quizás no lo sea, las modas son algo pasajero y esto quizás pase de castaño oscuro. Venga, pues al menos reconoced que normal normal no es.

Yo vengo de vivir en dos países en los que aman su bandera, quizás hasta unos límites que rozan lo friki. En Estados Unidos sacar la bandera el día de los caídos  (Memorial day) o el de la Independencia es la norma. En Reino Unido hasta hacen caretas con la cara de la reina (bueno y de Mourinho). ¿Os imagináis algo así en España?


The Mall, Washington D.C.
The Mall, London
Palacio Real de Madrid, lo del fondo es una bandera, sí
Yo entiendo que ahora lo guay es atizarle a Rajoy. A mi me gusta también darle, me siento realizado, en cambio hoy voy a romper una lanza. Yo, en un futuro no muy lejano (espero), sere Doctor Ingeniero de Caminos, experto en suelos (supongo). Me pongo en el caso de que alguien me pregunte por ejemplo por el coeficiente de empuje al reposo de una arena densa. Yo puedo responder a la gallega y decir que depende de muchos factores o responder a la manchega que es decir que no tengo ni puta idea. Cuando Rajoy es preguntado por Carlos Alsina sobre la nacionalidad española de los catalanes tras su independencia, Rajoy sale por Finisterre (No iba a salir por las Lagunas de Ruidera...). Acaba realizando unas declaraciones bochornosas y quedando en evidencia como presidente del gobierno. Sin embargo, si vamos a lo importante, al contenido (el continente de Rajoy ya lo conocemos todos...) es que es mucho más atractivo vender que he pillado al presidente del gobierno en mi programa que el reconocer que le estoy haciendo un flaco favor a la unidad de España y que preguntas como esa hay 20000, que en un proceso tan esperpéntico como el "Procés" son imposibles de responder en su gran mayoría porque nunca nadie en su sano juicio pensaba que esto llegaría a este punto. No lo digo yo solo, ya se lo recriminó el periodista Arcadi Espada.

Rifirrafe Espada-Alsina

Leía a otro de los grandes gurus también de esto del blogueo que solo hay una cosa más cansina que una bandera: dos. Le respeto, no lo comparto. Mi carácter, mi forma de ser, mi vida, mis experiencias fuera, hacen que me guste este país. La bandera es un símbolo de algo o de nada. No es sino la representación institucional de un país, muchas veces de cara al de fuera. Es una forma, más o menos acertada, de unir a la gente de un país bajo unos colores identificativos. A mi ni me gusta ni me deja de gustar el código de colores (que no deja de ser eso). A mi me gusta mi país, mi gente, mi cultura. Entiendo que a Oriol Junqueras no (No acabo de entender que si no le gusta siga queriendo ser español tras la independencia), pero mientras siga en territorio español no tendrá más remedio que acatar las normas que dentro del mismo rijan la convivencia. Y una de ellas es que la bandera española ondee en un ayuntamiento. A mi no me gusta respetar la velocidad con el coche, pero ayer me llegó una multa a mi casa. La pagaré. A Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, no le gusta poner la bandera española, no la pone, no lo pagará. A su concejal Pisarello, cuando el concejal del PP la iba a poner, se lo ocurrió que era mejor no ponerla, que le salió la vena republicana. A mi cuando me sale la vena de corredor de Formula 1 me sale la broma por 400 euros. A él su broma le vale la categoría de héroe.

Y lo mejor no es que aquí cualquier político, en pos de la pluralidad y la libertad de expresión, se pasé por sus partes nobles la ley, es que es la moda. Es que las redes sociales se mofan del que cumple la ley (quitando que un niño de 8 años lo haga con algo más de madurez) y ensalzan la libertad de expresión del que se la salta. Y si un programa de radio dice que el "Procés" es una locura es carca y facha, pero si en él queda ridiculizado el presidente del gobierno, es el programa de radio más visto de los últimos 50 años. En serio, ¿no os gusta más la moda hipster, o la metrosexual, o la lumbersexual, o la gafa-pasta? Es que a mi una moda en la que tomarse a broma lo de que una parte de España se va a separar porque nadie les ha explicado que es una locura, que es más lo que nos une que lo que nos separa, pssss, llamadme loco, no me va.



Buen fin de semana, sos sigo queriendo.

lunes, 21 de septiembre de 2015

De olés y Gasoles

Si el pasado jueves la selección española de baloncesto hubiera perdido contra una Alemania que por momentos en el partido se mereció más, si Schroeder hubiera encestado el tiro libre que marró, es posible que nadie se acordara de Pau Gasol y los que se acordaran lo hicieran acto seguido de su madre, de que nació hace 35 años y de que había que regalare unas muletas para que recibiera de buen grado su jubilación. Desde la NBA seguirían diciendo que es muy blando pero seguro que recibiría bastantes más críticas desde suelo patrio, que eso se nos da muy bien. Yo mismo le pedía en el partido contra Serbia que cerrara rebote, que le sacaba 10 cm al pivot balcánico.

Si este último jueves Francia nos hubiera ganado en la prórroga, todos estarían hablando del gran partido de Gasol, el único que estuvo a la altura de una selección que empieza a pedir relevo. Hablaríamos de que para el preolímpico haría falta más madera. A mi ya llegar a la prórroga me sabía a gloria. Habíamos peleado contra jugadores mucho más fuertes que nosotros a los que el árbitro había dejado dar leña a su antojo. Estaba conforme. Más que conforme, orgulloso (aunque suene friki).



Si nos quedamos con que España gano a Francia, pasó por encima de Lituania y Gasol fue nombrado (ante los pitidos de los franceses) MVP del torneo, sería una bonita historia deportiva, sería una más de Gasol (Mundial, Europes, platas olímpicas, Liga ACB, Copa del Rey, MVP por todos sitios... 2 NBAs...), posiblemente la última ó, por qué no, la penúltima, como los buenos bebedores. 

Si nos quedamos con que Pau, después de anotar 40 puntos ante Francia (52 de valoración para los puristas estadísticos), salir en todas las noticias nacionales y gran parte de las internacionales deportivas, estar en boca de todos a los que les gusta el baloncesto (y de los que no) y ser trending topic mundial, se le ocurre, aprovechando este tirón mediático, publicar este tweet:


Si nos quedamos con esto, convierte a Pau en un señor, alguien apegado al mundo, alguien que sabe que su tirón mediático está para algo más importante que para decantar decisiones políticas (o mejor dicho de los políticos).

Pero el (divino) problema viene con que además de todo esto, a Pau Gasol se le ocurre la genial idea de decir, una semana antes de las elecciones autonómicas (plebiscitarias) catalanas que para él es un orgullo jugar con su país. Posiblemente hace unos años, cuando uno veía los juegos olímpicos de Barcelona 92' y veía un éxito de un deportista español, quizá por falta de soltura delante de los medios de comunicación o porque realmente lo sentían, pero la tónica era escuchar este topicazo del orgullo de representar a España.

Camp Nou durante la Olimpiada de Barcelona 92'
Ahora al parecer es moda decir que no nos sentimos españoles. A Fernando Trueba se le ha ocurrido decirlo en la entrega del Premio Nacional de Cinematografía 2015.


A mi no me parece mal que no se haya sentido español ni cinco minutos. Aquí, ante los sentimientos, que cada uno sienta lo que le de la gana. Si existiera la "libertad de sentimiento" sería la más real de las libertades. No es el primero que lo hace, ya lo dijo en su día Nacho Duato. Al final si un país no te ha dado nada a tu vida como país, ¿por qué has de sentirte de un país? Hombre si te dan 30000 euros como a Fernando Trueba yo creo que ayuda.... Al final lo verdaderamente triste de la película (valga la redundancia) es la necesidad de Fernando Trueba de generar polémica en un país carente de cariño de sus habitantes. Es la diferencia entre el que habla de lo que sabe y donde sabe, Pau Gasol en la cancha de Baloncesto, y del que habla donde no sabe, porque donde tiene que hablar, ni se le escucha, ni se paga ni por verle ni por escucharle.

Y ahora viene la miga: pero, ¿Pau Gasol es independentista? ¿Y su hermano? Dos artículos, para reflexionar.



Resumiendo, Marc Gasol esta a favor del derecho a decidir. Yo también (y de que todos los catalanes tengan un acceso a la información de forma veraz e imparcial, no solo TV3). Marc Gasol y Xavi Hernández dicen que hay que analizar la pitada al himno, el por qué. Yo también (relean mi blog y a Piqué). Cruyff dice que al que pita un himno le falta un tornillo. Yo también lo digo, pero habrá que analizar por qué le falta. ¿Y Pau? ¿Qué dice? Pues que el tiene sus ideas, que a mi personalmente me dan igual, y las defiende en la intimidad, pero en público se dedica a hablar de lo que sabe, Ba-lon-ces-to (que diría Pepu), y a ayudar al que le haga falta como a los refugiados sirios. Olé.


Feliz semana a todos, queridos

jueves, 17 de septiembre de 2015

De escalas y modas

Ayer tarde asistía a una charla impartida por Enrique Castillo, Ingeniero de Caminos, miembro de la Real Academia Española de Ciencias e investigador de la Universidad de Cantabria. La charla versaba sobre sus últimos trabajos, que a pesar del populismo del presidente Revilla en Cantabria, han conseguido que se estudien alternativas a la llegada de la Alta Velocidad a esta comunidad, que, reduciendo en no más de 30 minutos en el viaje a Madrid, se consigan hasta 3000 millones de euros de ahorro (sin reducir ni un minuto ya se conseguían ahorrar 1000). Pero claro, a los políticos les interesa más colgarse medallas.




A pesar de las maravillas técnicas que se mostraron ayer, me quedé más con una reflexión que mencionó al final. “El ingeniero no debe buscar la ganancia de dinero, sino la satisfacción de haber sido útil a la población. Se ha instalado en la sociedad una escala de valores en el que impera la creencia que esta bien hacer lo que nos da la gana; yo prefiero hacer lo que se debe hacer, aunque me suponga un esfuerzo”. Moralinas a parte, me quedo con el concepto que se lee entre líneas, la empatía.

Decía Borges:

El tema de la envidia es muy español. Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: "Es envidiable".



Queridos amigos (y conocidos): doy fe. El español no es empático, el español si el vecino se compra un coche rabia, pero si se le quema la casa dice que se lo tiene merecido, que se veía venir. Comentaba Enrique ayer que con el dinero del premio Talgo, del que fueron ganadores por sus proyectos en el Palencia-Santander, habían creado una red de microcréditos para mujeres en Benín, y que no era comparable a nada el ver como los demás son felices. Es un español raro, no conozco a ningún español que se alegre de que al vecino le ha tocado la lotería. La felicidad del otro es nuestra tristeza (me incluyo en el saco).

Se suceden una serie de imágenes en redes sociales en la línea de compadecerse de cualquier persona en situaciones complicadas: niños desnutridos, inmigrantes en pateras o en la frontera húngara, víctimas de desastres naturales o si no queremos irnos fuera de nuestras fronteras, cualquier persona en situación desfavorecida en España. A ver a ver, que yo me entere, no somos capaces de alegrarnos de la alegría del vecino y nos compadecemos de algo que ocurre muy muy lejos. Interesante.



Decía Borges que somos envidiosos. No es condición sine qua non, pero no es descabellado pensar que cuando uno tiene envidia, otro presume. Me decía una amiga: “me voy a borrar el Instagram, estoy harto de las vidas de ensueño de la gente”. No solo es la vida “fabulosa” detrás de un ordenador, es lo generosos, empáticos y solidarios que somos cuando escribimos en un teclado. Yo no me siento al lado del negrito del autobús, pero lloro en Facebook cuando se muere uno en una patera. Valors, que diría mi querido Pep Guardiola. ¿No será que nos encanta presumir de lo buenísimas personas que somos?

Me meto en un terreno pantanoso. El martes 15 de septiembre muere de una lanzada el Toro de la Vega de Tordesillas. De antemano comentar que me parece algo innecesario y que con el tiempo acabará cayendo por su propio peso. En cambio dudo que me vean encadenarme a un poste para que no suelten al toro, porque aun no se me ha ido la cabeza (ni quiero salir en los periódicos en l sección de sucesos) y porque lo veo igualmente innecesario. Rebobino de nuevo: que no somos capaces de alegrarnos cuando el hijo del vecino acaba su carrera con honores y me dedico a encadenarme a un poste por un toro, ¡Un toro!. Espero y deseo despertarme de este sueño, o que solo sea el tráiler de una nueva entrega del Planeta de los Simios.

Yo soy el menos indicado para dar lecciones de nada a nadie, y menos se ser empático o solidario. Poco a poco. Al menos intento no subir nada a Facebook de lo que realmente no me quita el sueño solo por aparentar ser muy bueno. Al final son todo apariencia y modas. Las modas pasan, como las camisetas de Lady23 o las gafas de pasta sin cristal. Entiendo que al final al 80 % de los que suben este tipo de publicaciones a Facebook les importa lo que suben tanto como a mí el mundial de petanca; y que realmente todo esto se hace por la moda… juvenil.




Feliz fin de semana queridos.

lunes, 7 de septiembre de 2015

De nobles lamentos

Sábado 5 de septiembre, 20.45, Gerard Pique recibe una pitada de los espectadores que llenan el Estadio Carlos Tartiere de Oviedo. Horas más tarde a Vicente Del Bosque, Marqués de Del Bosque, le parece lamentable la actitud, totalmente espontánea, de la afición de la selección Española. Hace unas semanas escribía acerca de la pitada del himno de España en estos mismos términos, pero si se recuerda, el panorama era bastante diferente. 

De pitos y flautas (cómo me gusta hacer publicidad de mi propio blog... :) )

Cuando leo en prensa los lamentos del noble español lo comento inmediatamente con mi querido padre, barcelonista de pro y anti-independentista catalán profeso (a mi me parece, cuanto menos, confuso, pero no juzgo...). Su respuesta es que si él fuera Gerard Pique no jugaría con España. La polémica esta servida. Mi padre argumenta que Piqué lo ha dado todo cuando ha jugado con la selección española. Yo no le llevo la contraria, pero quiero hacerle entender que si esto es así se debe a su propio interés. Además del económico, que estoy de acuerdo con mi padre que no tendría sentido que fuera a la selección por dinero, esta el interés de tener en sus vitrinas una eurocopa y un mundial. Josep Guardiola, entrenador del Bayern Munich y diputado elegible por la candidatura Juntos por el sí, de ideología abiertamente independentista, ganó una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 con la selección española, y no dudo ni un momento de su odio a España. Entiendo que si jugaba con la selección del país que odia, no lo hace por amor al escudo sino por el interés de engordar su palmarés.

Declaraciones de Josep Guardiola

Sancho Lyttle (wikipedia) es una excelente jugadora nacida en San Vicente y las Granadinas, que ni siquiera chapurreaba el español pero el 26 de junio de 2010, sin haber pisado territorio español, besaba la bandera y juraba fidelidad a un país que apenas conocía. Acababa de fichar por el Perfumerías Avenida, destacando tanto que la selección española se planteo ofrecerla la nacionalidad española. Desde que se nacionalizó la selección ha cosechado grandes éxitos, convirtiéndose en una de las selecciones top en el mundo. Sancho vino a eso a la selección, a cosechar éxitos, no por su amor a este país, sino porque quería ganar títulos de selecciones, algo impensable con su país de origen. Estoy seguro que si Gerard Piqué pudiera ganar títulos con Cataluña lo haría antes que con España, de hecho juega con esa selección no reconocida por la FIFA cuando puede, pero mientras no juegue competición internacional oficial, el seguirá queriendo jugar con España. Y no se trata de una obligación. Hay una ley que obliga a un deportista a acudir con la selección nacional, aunque extraoficialmente si alguien no quiere venir porque es mucho sacrificio para su edad (Xabi Alonso), lesiones (Diego Costa) o porque no se siente español (Oleguer Presas), es tan sencillo como comunicárselo extraoficialmente al entrenador y no es convocado.

Oigo en la radio que esta mañana el nuevo (pseudo)ministro de educación, Íñigo Méndez de Vigo, pedía en lo desayunos de TVE respeto y cariño para Gerard Piqué. Vayamos por partes. Yo cariño le tengo a mis padres, a mis amigos, a mi familia. Respeto, a alguien que no respeta absolutamente a nada, yo no se lo puedo dar, no me sale el cuerpo. Lo más bonito que he visto hacer a este personaje es escupir a un miembro de la RFEF en la celebración del mundial. Íñigo, respétale tu que a mi me da la risa. 



Independientemente de las, a mi parecer, desafortunadas declaraciones del ministro, ha sido tónica común el que instituciones y prensa (¿casualidad?) critiquen la pitada al jugador. Me sorprende que incluso con más fuerza que la pitada al himno en la final de copa, si es que aquella vez se llegó a criticar. Si aceptamos las reglas de un país democráticos en el que cada voto vale igual, aquí cada uno tiene derecho a pitar lo que le de la gana. Nunca criticaré una pitada espontánea, criticaré que no se atienda a los por qué de una pitada. 

En el caso de una pitada a un himno hay que entender, siempre y cuando esto sea espontáneo (no organizado, como paso hace unos pocos meses), que una parte de la ciudadanía no reconoce ni quiere ni ese himno (representación de un país) ni al Rey. Y esto está ahí, lo puedes callar, pero seguirá estando ahí. Puedes trabajar en silenciar un chirrido en tu coche, pero si sigue rozando una biela acabará rompiéndose. La pitada es un aviso a navegantes a los gobernantes que no quieren que Cataluña se independice. Pero no hay peor sordo que el que no quiere oír.

La pitada al jugador de la selección, totalmente espontánea, es porque gran parte de los aficionados no quieren a un jugador que no solo no se siente español, sino que se burla de España, el país para el que juega, no tiene respeto ni por instituciones, símbolos o compañeros (especialmente madridistas). El aficionado español pone en una balanza su calidad futbolística, buena aunque en declive en los últimos años y su calidad humana, pobre, muy pobre. Y de nuevo aquí nos quedamos con el continente pero no con el contenido. Nadie hace autocrítica. Piqué no la va a hacer, le han consentido todo en 28 años, lo seguirán haciendo. Del Bosque, en declaraciones en la Cope, celebra que Pique saliera el sábado por la noche de fiesta (Y la gente tiene la vergüenza de llamarle borracho...). Ministro de Educación y presidente del CSD piden respeto. Entiendo que en pro del beneficio de los bares de copas de la ciudad de Oviedo. Los más sentidos abogan porque Piqué, en un arrebato de orgullo (como cuando casi pega a los Mossos de Escuadra) debería dejar la selección. Pero aquí nadie se preocupa de las causas de los pitos de la discordia, pero lamentos, los que quieras...

Y muchos dirán ¿y tú qué propones? Yo, escuchar. Dejar de oír los pitos, todos, y escucharlos. Ya hace años que un compañero de trabajo me dijo que más valía una vez colorado que ciento descolorido. Todavía no he visto a muchos de los que mandan, tanto en gobiernos como en selecciones, cambiar de color de piel. Que la cambien.

Finalizo con una anécdota. Antonio Navas, mi querido padre, aunque barcelonista, no quiere reconocerlo. Dice que el ve los partidos de este equipo porque le gusta su juego. En verdad sufre con las derrotas y saborea las victorias, pero nunca lo reconocerá. Cuando se harta de que yo le pique con este tema me dice que al menos el nunca ha dado un céntimo al Barça, que yo pagué por entrar en ese estadio. Pero es que poder besarte el escudo en ese campo, no tiene precio.


Y gracias a Camela por deleitarnos con su música este sábado en Madridejos. Me despido con ellos, con uno de sus éxitos olvidados, pidiendo perdón a mi padre por darle tanta tralla en este post. Nos leemos. Feliz semana.