Por suerte o desgracia estos últimos días, aunque algo fríos, han querido despertar con unos rayos de sol que quieren alegrar el día. Hace 8 meses, cuando vivía en las américas, el día que amanecía soleado temblaba. Si estaba nublado o nevando significaba que no haría mucho más frío que -20/-25 ºC. Cuando el sol traspasaba las cortinas, que no las persianas (porque el resto de la humanidad ha decidido que una persiana es un gasto inútil), temblaba de miedo porque no sería raro llegar a los -35 ºC fácilmente.
El sol, una mañana de finales de agosto, te invita a pensar que el verano siempre puede durar un poquito más y hace que el carácter se venga arriba y hasta te plantees pegarte un bajito esta semana. Pero el lunes amaneció nublado y fue uno de esos (muchos) días en que me plantee como el ser humano, y en especial el español de a pie, ha llegado a unos extremos de estupidez que rallan lo esperpéntico.
Leía no hace mucho compartido en un muro de Facebook un artículo de opinión en VigoElectrónico firmado por I.G.P. (casi que prefiero no conocer la verdadera identidad). Cito el artículo y la parte más relevante del mismo:
Hace unos días Charlize Theron cumplió 40 años. Fueron varias las crónicas de sociedad dedicadas a la efeméride, pero en una publicada en un diario español de tirada nacional se hacía hincapié en que, a su edad, la única faceta en la que no ha triunfado la actriz surafricana es en el amor.
Un comentario machista más entre los miles que se expresan a diario en la sociedad en la que vivimos, la misma que se educa a las generaciones que se están creciendo, y en la que la madre de Theron fue maltratada por el que fue su marido, a quien mató en defensa propia cuando intentaba agredirlas a ella y a su hija. Resulta que para mucha gente, muchísima más de la que pensamos, ser una mujer “completa” implica estar emparejada y, por supuesto, parir.
Osea que ahora decir que Charlize Theron no ha triunfado en el amor en una sociedad idealmente dominada por el feminazismo sería motivo suficiente para el escarnio público y la hoguera. Que el periodista del diario de tirada nacional se aventura a decir que no ha triunfado en el amor, cuando ni siquiera sabe si Charlize Theron prefiere estar sola, sí, pero de ahí a que ese comentario lleve al maltrato de su madre, no, no lo entiendo. Si en vez de llamarse Charlize Theron el que no hubiera triunfado en el amor se llamara Pepito Pérez, ¿sería un comentario feminista?
No es centrarme en esta noticia en particular, es centrarme en el estado de crispación en el que vive la sociedad, en particular la que conozco, la española. Todo está mal, todo nos molesta, todos nos roban y todos nos atacan. Evidentemente la culpa de que me pasen cosas malas no es mía, es del resto del mundo, de los malos malísimos de la película. Antes los buenos de los pueblos eran el cura, el maestro y el médico. Ahora los malos son los banqueros, los curas y los políticos. ¡Venga!¡Vamos a poner etiquetas!¡No se os ocurra hacer autocrítica!
Pero ¡ojo!, haced autocrítica en la intimidad, no se os ocurra exponer vuestra opinión en público. Cada vez que cualquier tema tiene el más mínimo de debate, se monta una batalla similar a la de El Señor de los Anillos, en la que orcos y humanos van a muerte. El problema que en dicha pelea todos creen ser humanos y llevar la razón. Raro es ver gente que escuche opiniones ajenas, somos talibanes de nuestras ideas, siempre acertadas. La idea opuesta no es una opinión, es un ataque personal porque ¿cómo puede tener la razón la otra persona? Si no me da la razón, cuando yo sé que la llevo, es porque no quiere reconocerlo y prefiere atacarme. Desesperación. ¿Cuándo llegamos a este punto?¿En qué momento decidimos que a lo diferente se le odia?
Tres palizas distintas y un solo odio verdadero
Me gusta mucho como pinta este periódico, El Español, por el simple hecho de que no es sectario. ¿Y solo por eso es ya bueno? No necesariamente, pero al menos se que no voy a leer algo donde tengo que ir eliminando la opinión del autor según su ideología.
Volviendo al tema, me gustaría copiar un párrafo de dicho artículo:
No es centrarme en esta noticia en particular, es centrarme en el estado de crispación en el que vive la sociedad, en particular la que conozco, la española. Todo está mal, todo nos molesta, todos nos roban y todos nos atacan. Evidentemente la culpa de que me pasen cosas malas no es mía, es del resto del mundo, de los malos malísimos de la película. Antes los buenos de los pueblos eran el cura, el maestro y el médico. Ahora los malos son los banqueros, los curas y los políticos. ¡Venga!¡Vamos a poner etiquetas!¡No se os ocurra hacer autocrítica!
Pero ¡ojo!, haced autocrítica en la intimidad, no se os ocurra exponer vuestra opinión en público. Cada vez que cualquier tema tiene el más mínimo de debate, se monta una batalla similar a la de El Señor de los Anillos, en la que orcos y humanos van a muerte. El problema que en dicha pelea todos creen ser humanos y llevar la razón. Raro es ver gente que escuche opiniones ajenas, somos talibanes de nuestras ideas, siempre acertadas. La idea opuesta no es una opinión, es un ataque personal porque ¿cómo puede tener la razón la otra persona? Si no me da la razón, cuando yo sé que la llevo, es porque no quiere reconocerlo y prefiere atacarme. Desesperación. ¿Cuándo llegamos a este punto?¿En qué momento decidimos que a lo diferente se le odia?
Tres palizas distintas y un solo odio verdadero
Me gusta mucho como pinta este periódico, El Español, por el simple hecho de que no es sectario. ¿Y solo por eso es ya bueno? No necesariamente, pero al menos se que no voy a leer algo donde tengo que ir eliminando la opinión del autor según su ideología.
Volviendo al tema, me gustaría copiar un párrafo de dicho artículo:
Para la letrada, estos tres casos, no tienen tanto que ver con un tema de “tomarse la justicia por tu mano”, sino con “la intolerancia”, con el mandar mensajes que creen distinguir “lo bueno de lo malo” a través de una brutal violencia.
Las dos ideas con las que me quedo son aterradoras. Tenemos gente que se creen que saben lo que es bueno y lo que es malo, el concepto maniqueo de las películas americanas, donde los buenos son muy buenos y los malos muy malos. Lo blanco y lo negro. Y la intolerancia, el que la idea del otro sea la negra y la mía la blanca no es suficiente, hay que eliminar la idea negra, es absurda. En serio, ¿tan listos somos? ¿tanto sabemos?
Yo aquí soy el último para dar lecciones a nadie, no intento darlas. Me repito hasta la saciedad, no escribo para nadie, ni para convencer ni para que mis ideas se perpetúen ni nada por el estilo. Estilo porque no tengo necesidad de que nadie tome mis ideas como negras y acabe tomándoselas como ataques personales y atacando a mi persona. Yo tengo mis ideas, todos las tenemos, y yo seré muy duro de mollera, muy terco, pero me doy un voto de confianza a mi mismo. Con los años uno aprende que los indios no eran siempre malos y los vaqueros siempre buenos. El gris es un color, que aunque no nos guste, es de los que más se da en este mundo ya que las personas no son ni buenas ni malas. Las personas son grises, y la mayoría de días también.
Buen fin de semana, con permiso de los buenos
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